?Cómo pueden recuperarse los recuerdos y de qué manera azarosa se ordenan en el tiempo? El proyecto de alimentar al sistema ALBA de inteligencia artificial arroja distintas reflexiones sobre cómo los seres humanos almacenamos experiencias y emociones, pero también cómo existe una memoria colectiva que guarda el ADN de la humanidad… ?podrá este experimento dotar a la inteligencia artificial de suficientes memorias para replicar lo verdaderamente humano? Este libro transita las aguas de lo filosófico y la ciencia ficción, y reúne en un plano narrativo una serie de recuerdos que capturan la manera de evocar el pasado, mientras que en otro plano alterna los avances y hallazgos que se van logrando durante el desarrollo del proyecto Toshima. Reflexiones sobre el modo como el fluye el tiempo, sobre la mezcla a veces confusa de imágenes que almacenamos, sobre el gen que se ha trasmitido en la memoria colectiva y los avances que pueden dotar de vida propia a las máquinas, generan inquietud sobre ciertos bordes de la existencia. En un lenguaje poético, María José Ferrada se interna en laberintos del pasado que atrapan instantes significativos de cada uno de los donantes de este proyecto científico, imágenes que se hacen vívidas: la luz que se impregna en la escena, un sentimiento extraño o un sonido que parece multiplicarse. Dos colores, azul y rojo, fusionan todo este tejido de palabras, las del rigor y las de la imprecisión, que encuentran eco en las ilustraciones de dos manos que se juntan, se separan, se conectan como cables de un mecanismo que establece nexos entre dos lenguajes, el de las ciencias y el de la poesía. En su conjunto la obra se aproxima a un precipicio, el de la suplantación de los seres humanos. ?Especulación o realidad inminente? Los recuerdos activan los logaritmos capaces de reproducir el lejano arquetipo de rudimentarias manos pintadas en las cuevas rupestres, de llegar a los orígenes mismos del arte y de la humanidad. Las máquinasque pueden dominar el futuro se alimentan de aquello que las personas han relegado en zonas muy recónditas del pasado. Lo artificial y lo humano son dos manos que se juntan, que se abrazan, que replican la paradoja del tiempo como una línea que se repite o como un círculo que vuelve sobre sí mismo. Lectura que deja inquieto al lector y promete conversaciones sobre las grandes preguntas.